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“Se puede lograr perfectamente una fotografía efectiva sin apenas recursos”

SACO es la semana del audiovisual contemporáneo de Oviedo. Quiero detenerme en el término “contemporáneo”. ¿Qué rasgos te atraen de la fotografía del cine más contemporáneo?

Lo que es verdaderamente sorprendente es la facilidad que tenemos en nuestra vida cotidiana para utilizar la fotografía a través, básicamente, de los móviles. En cuanto a la fotografía de cine, eso también ha facilitado muchísimo el trabajo. Ahora se hace más cine que nunca. Sin embargo, esa facilidad tiene, evidentemente, efectos secundarios porque hay cierta pérdida de perspectiva en el trabajo preliminar a su consecución.

Una característica del cine actual es su vínculo con las plataformas. Dada tu extensa trayectoria me gustaría saber qué opinión te merece esta novedad en la industria del cine.

Esa novedad es extraordinaria, pero tiene su lado positivo y su lado negativo. La parte positiva es que se pueden contar historias muy largas. Las series cubren un lapso de tiempo muy extenso, vidas de personas completas tal y como pasaba con las novelas que se vendían por entregas a principios del siglo XX. La parte negativa es que se pierde un poco de autoría. En las series, como cualquiera puede comprobar, siempre hay diferentes directores. La autoría en las series va a parar a las manos de los guionistas y no de los directores. Ellos han ganado poder y los directores lo han perdido. Esto es curioso porque en la historia del cine, en el siglo pasado, quienes regentaban el poder eran los directores. Tanto es así que en los rodajes de las películas, sobre todo en Hollywood, los guionistas tenían prohibido aparecer en el rodaje. Ahora se han vengado.

"La realidad es que el cine se lleva a cabo como inversión, vía subvenciones, y eso es un problema. Se hace cine para quien da la subvención, sin vistas a que tenga un recorrido vital en las salas."

La dificultad de lograr financiación y la mayor accesibilidad a equipos económicos hace que muchas películas de las que se ven en festivales independientes sean proyectos de bajo presupuesto.  ¿Qué consejos de fotografía daría a quien afronta una película así? ¿Interior, exterior, qué momento del día, qué equipo…? ¿Se puede lograr una fotografía efectiva sin apenas recursos?

Se puede lograr perfectamente una fotografía efectiva sin apenas recursos. Ahora es fácil de hacer y el director ejerce a menudo también de director de fotografía. La diferencia radica en conseguir involucrar al espectador. Esa es la clave para superar la barrera del ensayo simplemente personal. Ahora está dejado de lado, posiblemente porque con casi ningún proyecto cinematográfico se recupera dinero. La realidad es que el cine se lleva a cabo como inversión, vía subvenciones, y eso es un problema. Se hace cine para quien da la subvención, sin vistas a que tenga un recorrido vital en las salas.

¿Ha rodado en Asturias? ¿Qué particularidades tiene su luz?

Déjame hacer memoria. No me parece… En Cantabria sí. Es cierto, como dices, que la luz tiene particularidades según un lugar u otro pero, en general, el lugar en el que se rueda no se elige por la luz. Por una razón, porque la historia viene de un lugar preciso o porque hay unas subvenciones, que tienen un poder importante en el cine. Hay comunidades que dan unas subvenciones muy jugosas y entonces, no siempre, se rueda ahí. En la luz es más decisivo la hora que el lugar. El caso más evidente fue el del oscarizado Héctor Almendros, que logró que se rodara todo a primera y ultimísima hora del día, con una luz muy particular. Fue el primero y llamó mucho la atención porque logró una fotografía distinta. La luz plomiza, como dices que es la asturiana, es característica en muchas producciones inglesas. Allí, sin casi verano, tenían que admitir esa luz plomiza para poder trabajar todo el año. Plomiza da la sensación que significa pesada y no, lo que significa es que no tiene mucho contraste y eso da una luz determinada.

Tengo una curiosidad, ¿cómo alimenta su mirada del día a día? ¿Cine, museos, paseos, danza, fotografía, literatura o simplemente desconexión…?

La mirada es acostumbrarte a usarla y a analizar. Lo que hago es analizar la luz y su discurrir. La luz, menos la plomiza, tiene durante el día unos recorridos, una temperatura, una inclinación que varía. Detalles que hay que estar continuamente analizando y con los que vas descubriendo cosas. Estudiando el recorrido de la luz descubrí la luz de rebote. La luz entra fuerte por una ventana, ilumina una parte y el resto lo deja de rebote. Hay que estudiar cómo la luz natural actúa y cómo se desenvuelve.

Otra curiosidad. ¿Viaja con cámara?  ¿Le gusta fotografiar? Por ejemplo, ahora que viene a Oviedo…

Estoy siempre fotografiando, lo único que ahora lo hago con el móvil. A principio de siglo ya le dije a los vendedores de películas: “Cuidado porque vuestras ventas de productos fotoquímicos van a bajar drásticamente por el cambio al digital”. Sabía que eso se iba a terminar porque ya anunciaban que los teléfonos iban a incluir una cámara. Es muy simple. Aparte de toda su mejoría, increíble, llevas contigo en un fichero todas las fotos y videos familiares, hasta películas enteras. No hablo por supuesto del mundo profesional, con objetivos intercambiables, pero la cámara que lleva el teléfono cubre las necesidades diarias. Al llevarla en el bolsillo puedes registrar lo que está ocurriendo. Eso no existía y se nota. La imagen ahora está más usada que la palabra. De nuevo tiene sus pros y sus contras. La lectura ha bajado muy fuertemente. Los chicos aprenden a través de las imágenes y no tanto de los libros. Y sí, hago muchas fotos con el móvil.

Su trayectoria es larguísima y es testigo del avance de la tecnología. ¿Le gusta estar a la última o es fiel a equipos y técnicas antiguas?

Trato de estar siempre a la última, saber lo que está ocurriendo en la punta de las investigaciones sobre los aparatos que se usan, pero no quiero ser dependiente de eso. Hay que fijarse en lo que uno ve y en lo que te llama la atención para así lograr la mejor imagen posible. Se trata de elegir la forma idónea para que lo que cuentas sea interesante para el espectador y que además lo involucre. Eso es lo más importante para mí, que el espectador se involucre.

Ha trabajado con los directores más importantes del cine español. Nombres de oro: Saura, Fernando Trueba, Almodóvar, Fernando Fernán Gómez, Bigas Luna, Pilar Miró… ¿Cómo ve la siguiente generación? Seguro que los jóvenes desean rodar contigo, pero a ti, ¿con quién te gustaría trabajar?

Ahora mismo hay muy buenos directores, eso está claro. El problema es que tienden a trabajar con técnicos de su generación. Eso me deja a la orilla del nuevo cine. He rodado con los grandes actores Alain Delon y Marcello Mastroianni, galanes y reyes de la pantalla. Ellos decían exactamente lo mismo, contaban que su trabajo disminuía a medida que desaparecían los directores de su generación, perdían contacto con la industria. Los siguientes se diferenciaban no utilizando los técnicos de antes. Eso es un problema. Envidio a la pintura, que tiene que ver mucho con la luz y que es un relato de historia casi cinematográfico. La pintura la puedes crear en casa, cuesta algo pero no es nada comparado con lo que se necesita para hacer una película. Los grandes directores necesitan cincuenta o más de cien personas en su equipo. Los grandes directores de Hollywood cuando han terminado rodando en Europa, en general, su rendimiento baja porque los equipos son más escuetos.

"Se le llama maestro y es una palabra exacta. Era un maestro de la imagen."

Quiero preguntarte por Saura, quien tanto cuidó la fotografía. ¿Cómo fue trabajar juntos?

Nos entendimos muy bien. Era un observador de la luz en todo lo que hacía. Manejaba también muy bien la cámara: la colocación, la altura, los objetivos. Dominaba las cualidades necesarias de director.  Se le llama maestro y es una palabra exacta. Era un maestro de la imagen.

¿Está influyendo la subida del precio de la luz en los rodajes? ¿Hay una eficiencia energética en la planificación de la fotografía?

El gasto de electricidad ha bajado una barbaridad porque hay nuevas lámparas que gastan muchísimo menos y el digital es un sistema que necesita muy poca luz. Ha habido un progreso enorme en la eficacia. Por ejemplo, los receptores alcanzan ahora una sensibilidad mucho mayor. Lo que el viento se llevó necesitó una cantidad de luz con la que podía arder Troya, se necesitó una cantidad de luz impresionante, tanto que cuando los actores terminaban una toma pasaban a cambio de ropa porque estaban sudando, continuamente tenían que estar cambiándose. Eso ya ha pasado a la historia porque no se necesita tanta luz para grabar.

¿En qué está ahora y cuáles son sus próximos proyectos?

Tengo un proyecto que está al caer. Después del verano empiezo la próxima película de Almodóvar. Acabo de terminar el talonaje, también con Almodóvar, de un corto de treinta minutos que es un western. Se estrena en mayo. En él he introducido ciertas novedades que no se habían hecho hasta hoy. Eso creo que va a influir en el cine posterior. A lo mejor estoy equivocado, pero creo que será importante en la fotografía del cine que viene.

¿Qué premio es el que sostienes en tu foto de perfil del teléfono y por qué has elegido esa imagen?

Porque me hace gracia ese premio que me dieron en Suiza, en el festival de Lausanne de cine independiente. Tengo cinco premios Goya, pero es un premio que pesa como el demonio y apenas puedes aguantarlo. Sin embargo, el de Lausanne pesaba poco y pude mostrarlo en el escenario.

Puede que el Nacional de Cinematografía llegara muy pronto ya que después del 89 firmó trabajos fundamentales para la historia del cine español. ¿Le sorprendió? ¿Cómo le influyó en el resto de su carrera? ¿Se puede revalidar? ¡Mereces otro!

Sí me llegó pronto, pero al mismo tiempo ya llevaba bastantes años, mi primera peli fue en el 65, por lo que ya tenía veinticinco años de director de foto. Ese primer premio es un gran honor porque lo tuvimos ex aequo Fernando Fernán Gómez y yo. Es la única vez que se ha otorgado a dos personas. Es algo muy especial.

Los últimos Goya han sido históricos por ser los de mayor número de mujeres candidatas. ¿Cómo has vivido esa incorporación de la mujer al cine?

Siempre he respetado mucho al director o a la directora. He trabajado con Pilar Miró, Cecilia Bartolomé, Josefina Molina, Ángeles Reiné, Patricia Ferreira y con la directora marroquí Farida Benlyazid, excelentes todas ellas. Y es muy posible que vuelva a rodar con Farida el año próximo, en la India. La verdad es que nunca he hecho diferencias. Es difícil llegar a dirigir. Creo que está muy bien que se apoye a las nuevas directoras, pero también se necesita a los nuevos directores porque abrirse paso en la dirección no es nada fácil.